El GRC (Glass fiber reinforced) es un hormigón reforzado con fibra de vidrio que imita el aspecto, acabado y la textura del hormigón, pero con la ventaja principal de tener peso mucho más reducido.
El GRC tiene una gran variedad de usos y se puede utilizar en muy diferentes entornos, desde la restauración de interiores y exteriores hasta el desarrollo de grandes proyectos para fachadas de viviendas o para proyectos singulares. Esto es gracias a que es un material adaptable que se puede modificar según el uso previsto.
¿Qué es lo que diferencia al GRC del hormigón tradicional?
Aunque la base de fabricación es similar, existen notables diferencias que aportan al GRC sus características propias y peculiares. El GRC es un material de base cementosa compuesta por una mezcla de arena fina, cemento, polímeros acrílicos, fibras de vidrio, agua y otros aditivos.
Cuando estos materiales se mezclan, fraguan y curan, el producto resultante es un material duradero, liviano y cuyo aspecto es similar al del hormigón. Por lo tanto, se puede hacer que luzca y parezca hormigón, aunque también se le pueden dar diferentes acabados que lo asemejen más por ejemplo a la piedra tradicional.
Dependiendo de la aplicación, características de peso, apariencia y el uso final que le queramos dar, la proporción de los materiales utilizados, así como los tipos específicos de polímeros y fibras de vidrio utilizados en la mezcla, pueden diferir. Las fibras de vidrio brindan al GRC resistencia a la flexión, de un modo a similar al refuerzo de varillas de acero de la ferralla lo hace en el hormigón tradicional, sin embargo, debido a la naturaleza liviana de las fibras de vidrio, el GRC es mucho más ligero.
¿Cómo se fabrica el GRC?
Conseguir la mezcla correcta para cada uso del GRC puede ser difícil y requiere años de experiencia, ya que son muchos los factores diferentes que afectan a la composición ideal que le aportan las características deseadas.
Las formulaciones comparten similitudes en los ingredientes, pero difieren en las proporciones utilizadas para conseguir la excelencia para las propiedades y acabados requeridos en cada proyecto.
El GRC se fabrica utilizando moldes en los que se vierte la mezcla base cementosa. Hay dos maneras de hacerlo, la primera incluyendo las proporciones y tipos de fibras de vidrio en la mezcla acorde a las características que queremos que tenga el producto final, y la segunda mediante un proceso de “rociado” de las fibras.
Las piezas de GRC que se fabrican con el proceso de rociado suelen ser más resistentes que las piezas fabricadas con las fibras en la propia mezcla ya que en el primer caso las fibras de vidrio son más largas y se pueden colocar intencionalmente en el proceso de rociado, mientras que las fibras de vidrio colocadas en la mezcla de GRC son más cortas y están dispersas aleatoriamente.
Las piezas de GRC fabricadas con el proceso de rociado suponen un coste de fabricación mayor que las fabricadas con fibras premezcladas, debido al mayor costo de los equipos, mano de obra y materiales utilizados en el proceso.
Es importante tener bien definido un diseño previo que tenga en consideración las características finales y el uso previsto del producto, especialmente sus expectativas estéticas y de soporte de peso, para poder especificar si las piezas de GRC deben fabricarse utilizando el proceso de rociado o premezclado.
Un material liviano
En comparación con el hormigón tradicional o la piedra natural, el GRC tiene muchas ventajas, aunque la principal seguramente es que es un material mucho más ligero.
A parte de las ventajas a nivel arquitectónico y estructural que esta característica le confiere, también permite reducir los costos de envío e instalación de manera notable. Es posible transportar un mayor número de metros cuadrados de este material en un solo viaje sin sobrepasar la tara del transporte, en comparación por ejemplo de paneles prefabricados de hormigón, lo que hace que disminuya el coste de transporte y aumente cantidad de suministro en cada viaje.
Por otro lado, también supone una reducción de coste de puesta en obra, ya que son necesarias grúas de menor tonelaje para su colocación, que se realiza con mayor rapidez, lo que también aumenta la rentabilidad.
Ya sea en un proyecto de renovación de interiores o en el uso para el exterior de un edificio, la utilización de GRC puede aliviar enormemente el peso y el coste en del proyecto en su instalación. Es un material muy adaptable que sigue siendo un producto de referencia entre arquitectos, ingenieros, contratistas y propietarios de edificios por igual,